¿POR QUÉ DEBO QUITARME EL ÚTERO POR LAPAROSCOPÍA?

¿POR QUÉ DEBO QUITARME EL ÚTERO POR LAPAROSCOPÍA?

¿POR QUÉ DEBO QUITARME EL ÚTERO POR LAPAROSCOPÍA?

La extracción del útero o matriz —también llamada histerectomía— es la cirugía ginecológica más frecuente, siendo la indicación quirúrgica más común para operar a una mujer.

Esta puede obedecer a diferentes causas, entre las que se encuentran miomas uterinos que ocasionan sangrados excesivos. La histerectomía también es considerada la cirugía más grande del ginecólogo convencional, puesto que significa la extracción del órgano completo sobre el cual actuamos.

La laparoscopía no es un recurso quirúrgico nuevo, por supuesto. Sin embargo, sí que está en boga, y tanto las diferentes escuelas alrededor del mundo como las asociaciones americanas y europeas de ginecología la recomiendan por sobre la cirugía abierta debido a las ventajas que ofrece. ¿Cuáles son estas? Principalmente, la disminución de cantidad de sangrado, y en segundo lugar, la recuperación; luego de una cirugía abierta, por lo general, debes tener a la paciente internada entre 48 y 72 horas, y la laparoscopía ofrece una recuperación de 24 horas. Asimismo, de la mano de la recuperación viene la reincorporación a la vida normal. Una paciente que se sometió a una cirugía abierta suele sufrir dolor durante muchos días o semanas, en lo que se completa el proceso de cicatrización. En cambio, con la cirugía laparoscópica el paciente puede regresar a sus actividades diarias entre 7 y 10 días.

Además de las ventajas para los pacientes, también existen otras para con los médicos o cirujanos. Por ejemplo, algo que la cirugía laparoscópica permite y la abierta jamás lo hará, es la visualización óptima amplificada de todas las estructuras anatómicas pélvicas del abdomen. Esto disminuye la incidencia de complicaciones y hasta la iatrogenia, el error médico no intencionado.

¿Cuáles son las indicaciones para una cirugía de extracción del útero?

Las causas principales suelen ser por mioma, por enfermedades de endometrio como la hiperplasia del endometrio —de entre las cuales hay un porcentaje que, tarde o temprano, derivará en cáncer— y por cáncer en sí mismo. Por supuesto, también está el caso en el que la paciente lo desea, como una medida preventiva de salud.

¿Qué riesgos o inconvenientes presenta este tipo de operación?

La laparoscopía ofrece una disminución comprobada en la aparición de problemas menores, tales como las lesiones a vía urinaria o a víscera. Sin embargo, surgen otros inconvenientes como el dolor a la distención, ya que para poder operar es necesario inflar el abdomen con gas, lo que puede resultar ligeramente incómodo o doloroso para algunos pacientes durante su recuperación. Aún así, la realidad es que es una cirugía bastante segura.

¿Cómo se lleva a cabo?

La laparoscopía se realiza a través de 3 pequeños orificios o incisiones, de medio centímetro a un centímetro de largo, aproximadamente. Uno en el ombligo y dos a los flancos, arriba del hueso iliaco, aunque, de ser necesario, se realiza un cuarto orificio en la parte superior del pubis. La extracción del órgano generalmente se realiza por vía vaginal, a menos de que el tamaño del útero no lo permita. Para tal caso contamos con un equipo que se llama morcelador, el cual va deshaciendo la pieza para retirarla en una tira muy larga.

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